Refranes que dicen grandes verdades

No porque los refranes sean frases sencillas o tal vez sean dichos graciosos no merezcan una detallada atención, todo lo contrario, hay que ver lo que ellos nos pueden enseñar a pesar de su simpleza. Cuando profundizamos en sus significados caemos en cuenta de que nos expresan grandes verdades que, definitivamente, nos deberían hacer reflexionar.

Los refranes recogen de alguna manera las típicas conductas del ser humano, aunque a veces se asemejen a la de unos animales, es por ello, que en ciertas frases veremos aplicados recursos literarios como la humanización o la comparación. También ejemplifican actitudes que solemos adoptar ante las circunstancias que nos presenta la vida.

Seguro hay muchas formas de darnos cuenta de cómo actuamos, pero este tipo de espejo es muy ilustrativo, a pesar de que tan solo usa palabras bastante coloquiales. Por otra parte, emplea un toque jocoso, que le da esa chispa atractiva para que sea adoptado por cualquiera, independientemente de las edades.

Pero lo más importante, es que nos sirvan de consejo, de reflexión, para una vez detectado algún comportamiento inapropiado, tengamos la sapiencia de ajustar nuestra conducta y sobre toda la mentalidad.

Para poner en contexto lo acá destacado, vemos unos cuantos de estos refranes:

“No es lo mismo predicar que dar trigo”, para comenzar tenemos este dicho tan cierto como la existencia misma, pues resulta muy fácil hablar, recomendar, proponer, sermonear, que ir a los hechos, especialmente cuando nos toca dar, ya allí la cosa cambia y generalmente nos retraemos. Es como quien reza pero sus acciones no se compaginan con esas oraciones.

“Belleza aparente solo es figura bien solidas son virtud y cordura”, hay personas que se afanan y hasta obsesionan con el aspecto externo, es decir, con la apariencia, quieren demostrar supremacía con un ideal de belleza, pero todo eso, tarde o temprano pasa con el inevitable recorrer del tiempo, siendo que lo que va quedando son las virtudes que tenga un individuo y la cordura para actuar debidamente.

“Cuanto más se tiene más se quiere”, parece que es algo inherente al ser humano la ambición, que hasta cierto punto no es malo, pues nos motiva a alcanzar metas. Pero cuando el deseo se apoderara de la mente y ganar se convierte en el fin, puede llegar a ser patológico, es por eso que dicen que algunas personas se enferman de poder y de ambición por el dinero. Esto conviene tenerlo presente para no caer es esos extremos.