Problemas del coche en carretera

Gran parte de los vehículos que circulan en España tienen más de una década de vida. En ocasiones, muchas de las fallas que presentan son de gravedad y tienen que ser remolcados hasta el taller. Aun así, la mayoría de las personas posterga el mantenimiento preventivo, lo cual puede traducirse en coches que conviven con averías y, por ende, tienen más incidentes en la carretera. Si al automóvil se le dieran los debidos cuidados, no habría que visitar tanto al mecánico.

Un coche con el mantenimiento y las revisiones al día tampoco están 100% exentos de fallas; sin embargo, no suelen ser graves y algunas son posibles de resolver en el lugar donde le sorprenda. Por lo general, se suele llamar a la asistencia en carretera, por contratiempos que pueden ser solventados tras una sencilla intervención sin necesidad de llevarlos al taller.

Los problemas más comunes son:

Batería: la batería es uno de los elementos que puede fallar repentinamente, para lo cual solo basta un contacto un poco flojo. No es extraño que los inconvenientes con ella sea una de las principales causas de llamada de asistencia. Lo usual es limpiar los bornes, ajustarlos y revisar si tiene carga; si la falla es a causa de esto último, vea si alguien lo puede ayudar a recargarla  con lo suficiente para llegar hasta un taller por cuenta propia, en lugar de ir remolcado.

Fusibles fundidos: estas pequeñas piezas son las que protegen al sistema eléctrico cuando se tiene sobretensión, e impiden que se produzcan daños mayores. Son muy fáciles de reemplazar, por lo que es una labor factible de realizar en la vía sin inconvenientes; no obstante, después se debe acudir a un taller y  así determinar el origen del pico eléctrico que fundió el fusible, para hacer la reparación pertinente.

Fallas del motor: estas averías son relativamente comunes en carretera y no siempre pueden ser reparadas en el sitio. Entre las más habituales está la rotura de los manguitos y conductos, se delatan por tener un ruido particular al acelerar y el sistema pierde presión.

Pinchazos: hasta saliendo de casa puede pincharse un neumático; y, en el camino, alrededor de 1 de cada 5 intervenciones se debe a esto. Con frecuencia es debido a clavos, cristales rotos y tornillos; cuando el neumático se perfora pierde presión y es necesario cambiar la rueda. Mientras que si es reparada con un kit portátil (parche provisional), tendrá que disminuir la velocidad y no superar los 80 kilómetros máximo; dado que es una solución temporal que no ofrece la misma seguridad que un trabajo realizado por los especialistas, es mejor no correr riesgos.

Si el vehículo irremediablemente debe ser llevado al taller, una alternativa que, además de reducir el estrés, mitigue el presupuesto, es visitar https://www.despiecesdecoches.com. En esta página encontrará un apartado para solicitar la pieza que requiere; por ser un centro de desguace, la empresa que disponga de su pedido le contactará para hacerle una oferta.